20 mayo 2015

Reseña de Princesa

Recientemente se estrenó en cines y en plataformas online la película que más ha dado que hablar sobre el cine coreano. Nos referimos a Han Gong-Ju o como aquí ha llegado, Princesa.
Princesa es un film de Lee Su-jin, el cual también ha creado el guión y fue estrenado en el año 2013 recaudando una gran cantidad de premios y nominaciones allá a donde fuera, incluso en el popular Festival de Sitges el cual recopila mucho cine asiático entre toda su gran catalogo de films.

Han Gong-ju es una joven estudiante con una situación familiar algo rota, ya que su madre les abandonó y su padre trabaja durante bastante tiempo fuera de casa. No obstante ella lleva una vida normal trabajando y estudiando. No obstante. un terrible incidente la obliga a abandonar su hogar y su escuela, huyendo de las acusaciones que la culpan hacia un pequeño pueblo. Allí vivirá con la madre de su antiguo profesor y se irá acostumbrando poco a poco ha su nueva vida hasta que el antiguo incidente vuelve con fuerza.

Pues bien, hemos podido disfrutar de este film y venimos a reseñarla porque es digna de mención.
Avisamos que no hemos querido poner ningún spoiler del film pero probablemente para explicar algún matiz se de información extra. No obstante en ningún momento nada crucial que desvele el argumento real de la película, o al menos, no es la intención.

"Yo no he echo nada malo". Así es como empieza el film, con la frase de la actriz Jun Woo-Hee. De un golpe te sumerge al caso de que ella está envuelta en algo y se ve forzada a huir, dandole al espectador el pecado de la curiosidad. El querer saber que es lo que ha ocurrido y así mantenerlo atento.
El argumento del film empieza como una ovillo enredado de hilos que a medida que pasa el film y la protagonista va adecuándose a su nuevo ambiente, los hilos se van desenredando y van mostrándose como son. 
Es un lujo percibir los cambios temporales solo con ver la actitud y el uniforma de Hang Gong-Ju. En un instante sabes cuando se está mostrando el pasado y cuando el presente de la trama, sumergiéndote de lleno en la historia y como he nombrado anteriormente, obligándote ha estar atento para saber que es lo que ha ocurrido para llegar a ese inicio del film.


En estos diferentes hilos encontramos todos los matices que forman este genial conjunto el cual, no obstante, tiende a tener una misma intensidad muy común en los dramas coreanos. 
Uno de los hilos que vas desenredando es la sociedad. Motor muy importante para poder entender el film, ya que la barbarie que sufre la protagonista no se trata de la misma forma que se haría en un país de occidente, por lo tanto en Corea aún se mantiene la apariencia y el machismo de alguna forma, a pesar de su modernización, pero es algo que sigue manteniéndose con fuertes raíces y que es lo que obligan a alguien como Hon Gong-ju a huir o sentirse culpable.
Esta sociedad también se va viendo representada en personajes como la nueva cuidadora de la protagonista, es decir, la madre del antiguo profesor. Una mujer en principio sin marido que busca al hombre ideal, digamos, que robándoselo a otras mujeres que tienen un matrimonio infeliz. De forma que cuando se descubre el pastel la principal culpable es la mujer, antes que el marido infiel. 
Esta sociedad formada por apariencias y nombres hacen también que haya gente cometiendo crímenes pero que queden impunes debido a ser hijos de. Esto se enlaza con el siguiente punto.  

El otro hilo que se desenmaraña es la adolescencia. La adolescencia difícil a causa de familias desestructuradas o algo que está en el día a día, que es el bullyng escolar o ya simplemente de la calle. Jóvenes con poderes por el nombre, extorsiones, enfrentarse al mundo solo ya que los padres hacen oídos sordos a muchos comportamientos de sus hijos o simplemente es que no están presentes. 
Se le da un duro golpe y una ácida critica a este mundo y a la sociedad Surcoreana representando actos y consecuencias, que forman la película en si para mostrar que no es el mejor camino dejarse llevar y que alguien que se enfrenta tiene malas consecuencias.
La injusticia.
Es el sentimiento que está dentro de la protagonista des de el principio del film, ya con la primera frase, Yo no he echo nada, que crece y crece así como los diferentes hilos se van desenredando. Dándole fuerza y mostrando coraje delante de su desesperada situación. 


En este punto se arroja un poco de luz al film, donde parece que se quiere demostrar que con tesón y estando convencido de que Yo no he echo nada, se puede llegar a conseguir algo a pesar de que el camino es arduo y se espera pasar más sufrimiento aún, pero siempre con la idea de encontrar la justicia. 
Parece haber un rayo de luz en las nuevas amistades y en la fuerza que se le da a la protagonista para poder ir superando todo el percance, un gran trabajo de la actriz que agarra todo el peso de la película siendo la protagonista indiscutible donde todo gira a su alrededor. 
También se encuentra la esperanza de hacer algo que se te da realmente bien y como te puedes aferrar a ello para poder salir a la superficie ya que es eso lo que te está ayudando a sobrevivir a dejar de lado por momentos la crueldad y la realidad de la vida. Este hilo es la música y el metodo de autosalvación de la protagonista.


La película en si es una joya. La actriz demuestra muy buen tesón en soportar todo el argumento de la película y mostrar las diferentes actitudes de la complicada protagonista. Además la ambientación y la música concuerdan con armonía durante todo el film. No obstante el punto que personalmente menos me ha acabado de convencer ha sido su final tan abierto.
Si que es verdad que te deja ver una decisión importante, pero quizás no es el final esperado ya que no te deja ver ninguna resolución clara de todo el caso. Supongo que el director ha querido dejar el problema y la sociedad de lado y se ha querido focalizar en la protagonista y su lucha interior. Por lo tanto, probablemente no sea un final a gusto de todos. 

Pero a resumidas cuentas, Princesa es un indispensable del cine surcoreano por que te muestra con crítica y sin tapujos la sociedad que lo sustenta, con el simple caso de una joven adolescente.


Por: Laia

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